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La comodidad y la salud de tu perro
Cunado empecé en el mundo de la peluquería canina tuve muy claro que mi enfoque no podía ser solo estético: la salud y el bienestar de tu perro deben estar siempre por delante. Como profesional del cuidado y estilismo canino, mi compromiso es ofrecer un servicio que priorice la comodidad y la tranquilidad por encima del simple “ver guapo”.
En cada sesión de grooming, lo primero que evalúo es el estado del pelaje, de la piel, de las uñas y de los oídos de tu compañero. No se trata simplemente de un corte bonito: si el perro tiene nudos, está estresado o su pelaje no está en buen estado, mi prioridad es reglar el grooming para que sea seguro y saludable, incluso si eso implica un corte más funcional antes que uno puramente estético.
No tomo decisiones solo por cómo va a quedar: pienso en cómo va a sentirse el perro durante y después del proceso. Porque un estilismo canino bien hecho, para mí, no solo tiene que verse bien, sino favorecer la salud del pelaje y del animal.
Sé que algunos tutores pueden sorprenderse cuando recomiendo una técnica más práctica que “el diseño ideal”, pero lo hago con el convencimiento de que un perro cómodo es un perro saludable, y un perro saludable es más feliz y más tranquilo. Aquí en Good Groomers, no queremos simplemente un pelaje perfecto, sino un perro que disfrute su grooming.
Mi trabajo es buscar ese equilibrio: ofrecer belleza sin comprometer la salud, porque la estética sin bienestar es vacía. Y siempre lo digo con sinceridad: ante cualquier duda, siempre elijo el bienestar del perro antes que el look.
Gracias por confiar en mí y en el equipo de Good Groomers, profesionales del cuidado. Cada cita que pedimos, cada secado, cada cepillado, lo hago con la tranquilidad de que tu peludo está en un espacio seguro, respetuoso y profesional. Al final, no solo queremos que salga guapo, sino que salga relajado, cómodo y feliz.
Lucía te explica la prioridad de la salud por encima de la estética


Stripping profesional: respeto por la piel y la genética del manto
Leticia te explica por qué esta técnica no solo embellece, sino que mantiene el manto en su forma natural.


Como groomer profesional, cuando realizo stripping mi objetivo es mantener el manto duro de cada perro en su estado natural, respetando tanto la piel como la genética del pelo. Esta técnica, completamente manual, consiste en retirar el pelo duro muerto que no cae por sí mismo. Este tipo de manto no muda de manera natural, y si no se renueva provoca saturación, picores, pérdida de color y una ventilación deficiente de la piel. Cuando el stripping se hace correctamente, no duele, porque solo retiro el pelo que ya ha completado su ciclo.
El stripping es imprescindible en perros de manto duro —como Schnauzers, Fox Terriers, Westys, Teckels, Scotties, Border Terriers, Cairn Terriers, Airedales o Lakelands— y también en mestizos con características similares. Cada raza, e incluso cada individuo, tiene su propia textura, densidad y ritmo de crecimiento, por lo que siempre adapto mi técnica a las necesidades concretas del perro.
Trabajar bien el stripping es crucial: se actúa directamente sobre el folículo y cada gesto debe ser preciso. Un stripping profesional respeta el ciclo natural del pelo, mantiene la textura, el color y la dureza propios del manto, y cuida la piel evitando irritaciones. Por el contrario, un stripping mal ejecutado puede causar dolor, rojeces, roturas, pérdida de dureza e incluso obligar a recurrir a la máquina porque el pelo deja de crecer correctamente.
Cuando realizo un stripping adecuado, los beneficios se notan de inmediato: la piel respira mejor, se mantiene la textura natural del pelo, el color es más intenso, el manto dura más tiempo limpio, y además el perro no deja restos de pelo por la casa al no haber muda. Todo ello se traduce en un mayor bienestar: menos picores, menos molestias y un aspecto mucho más equilibrado y natural.
La frecuencia óptima de mantenimiento suele estar entre 6 y 10 semanas, aunque varía según factores como la raza, la edad, la salud, el clima, las hormonas, la alimentación o el tipo de manto. En mi trabajo, siempre evalúo cada caso de forma individual y marco un plan personalizado que respete el ciclo del pelo.
El stripping es una técnica que exige sensibilidad, conocimiento y experiencia: saber identificar qué pelo está listo para salir, entender la genética del manto, valorar la piel, elegir la herramienta adecuada y trabajar con paciencia. Mi prioridad siempre es respetar al perro, su piel y su pelo, y mantener su manto tal y como la naturaleza lo diseñó.
Como cliente, verás que tu perro tendrá un manto más bonito, brillante, con su textura auténtica, sin picores, con menos olor y más limpio por más tiempo. Además, tendrás la tranquilidad de estar cuidando su bienestar desde la base: piel, pelo y confort general.


